Emociones encontradas

 Llego el día del estreno de “intensamente 2” el pasado 13 de junio, tras nueve años de la primera parte, Disney y Pixar una vez más trabajando juntos en esta secuela. ¿Será atrayente para el público? Lo menciono porque en algunas películas no se ha visto tanta aceptación por los cinéfilos este año. ¿Tiene Riley y sus emociones lo necesario para poder intrigar a la audiencia y que asistan a los cines? Yo creo que sí.
La continuación de Riley junto con sus emociones Alegría, Desagrado, Furia, Tristeza y Temor enfrentándose a la adolescencia y todas las situaciones a las que una niña llega a enfrentar de forma psicológica o social al llegar a la pubertad no presenta un cambio físico para Riley, sino la introducción de nuevas emociones en el cuartel general.
Ansiedad, Envidia, Ennui (aburrimiento en francés) y Vergüenza son una sorpresa inesperada que harán la vida de Riley complicada y crearán una coexistencia difícil para las emociones originales, en especial la dinámica entre Ansiedad y Alegría, Ansiedad una emoción que afecta tanto a adolescentes como adultos haciéndose presente sin que menos lo esperemos.
Ninguna emoción es “buena o mala” porque cada emoción que sentimos la debemos de vivir con alegría, tristeza, emoción, nostalgia incluso con frustración, ya que es parte del enojo momentáneo, es importante admitir lo que estamos sintiendo y aprender a trabajar con las emociones para no dejarnos llevar solo por el sentimiento que nos generan estas.
Mostrar algunas veces vulnerabilidad también es parte del proceso de sanar manifestar eso que nos incomoda la necesidad de estar triste, llorar porque queremos llorar ya que somos humanos y está bien llorar para dejar salir de esa tristeza, ya que el llanto nos libera de todo sentimiento y dolor pues es como un somnífero que hace relajarnos para descargar las emociones que flotan en ese momento y dándonos un descanso confortante para poder estar mejor. Que cualquier emoción es válida valiosa e importante por eso hay que darnos el permiso de compartir nuestros pensamientos y sentimientos porque llorar no es signo de debilidad siempre.

Ale, LG